Para comenzar con esta columna de Estética Natural, nos gustaría hablar de algo imprescindible: cómo saber qué tipo de piel tengo. Conocer nuestro tipo de piel nos permite darle los cuidados naturales adecuados, de forma que no perdamos el tiempo en tratamientos inútiles, que solo pueden causar problemas a nuestra piel.
Piel normal
La piel normal es probablemente la más fácil de tratar, ya que no necesita cuidados especiales. Este tipo de piel presenta una textura regular y no tiene imperfecciones. Además, tiene un aspecto suave y limpio sin necesidad de hacer nada.
La piel con poros pequeños, buen riego sanguíneo y un color rosado es una piel normal o eudérmica. Debemos tener cuidado con factores exógenos y endógenos que pueden cambiar nuestro tipo de piel.
¿Cómo reconocerla? Si pasamos un pañuelo de papel por la piel y no hay rastro de grasa, ni tampoco la sentimos tirante al despertarnos.
Piel seca
Si sentimos la piel tirante y rígida, que se pela o se escama y que tiene un aspecto apagado, estamos ante una piel seca. Suele tener manchas y en ocasiones parece más vieja de lo que realmente es, además de que se ve muy afectada por los cambios climáticos.
La prueba de la servilleta de papel también sirve: si no ves rastro de grasa y aparte tienes los síntomas anteriores, tu piel es seca. La piel seca necesita un especial énfasis en la hidratación natural.
Piel grasa
Una piel grasa desprende grasa y es brillante, especialmente en la llamada zona T (frente, mentón y nariz). Presenta poros abiertos, imperfecciones y da un aspecto de estar sucia. El mayor problema de este tipo de piel son los granos y puntos negros.
Una piel grasa debe exfoliarse a menudo para evitar la suciedad, y la limpieza de la misma con productos naturales astringentes es fundamental.
Piel mixta
La piel mixta es una piel que tiene la zona T grasa -preferentemente- y el resto del rostro seco o normal -en general las mejillas-.
Si queremos diferenciar si tenemos la piel grasa o mixta, el papel que utilicemos marcará una T si tenemos la piel mixta, mientras que tendrá grasa en todos lados si la piel es grasa.
Piel sensible
Esta piel puede tener característica de cualquiera de las anteriores, pero además reacciona a casi todos los productos, se irrita con las temperaturas extremas y causa irritaciones, sarpullidos y picores.
Los productos químicos del cuidado de la piel y los jabones suelen afectar a este tipo de pieles. Por eso, las pieles sensibles son ideales para la utilización de remedios naturalesque no las irritan ni les provocan problemas.
Ahora ya sabes cómo saber que tipo de piel tienes, así que en próximos artículos te iremos explicando los mejores tratamientos naturales para tu tipo de piel: exfoliaciones, cremas hidratantes, tónicos y tratamientos específicos para acné, puntos negros o rojeces.
Fuente: http://www.otramedicina.com
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