UN POCO DE HISTORIA
Muchos siglos atrás, los chinos, buscaban las zonas perturbadas del terreno antes de edificar, apartándose de las “venas del dragón” y “salidas de demonios”.
Los celtas también estudiaban el terreno y sabían encontrar los lugares donde emanaba una energía positiva, y era allí donde construían sus lugares de culto.
Los romanos, antes de construir una nueva ciudad, dejaban pastar sus corderos en el lugar elegido y al sacrificarlos estudiaban sus hígados; si encontraban alguna anomalía, elegían otro lugar. Eran conocedores de la rabdomancia, y buscaban agua y minerales con una varita de madera.
En el año 1927, en Alemania, concretamente en la población de Vilsbiburg, el barón Gustav von Pohl llevó a cabo conjuntamente con un grupo de médicos y de radiestesistas un curioso experimento.
Descubrieron que las personas fallecidas de cáncer en esta localidad tenían su cama situada en la vertical de cruces de corrientes de agua. Determinaron que estos cruces, que denominaron “punto rayo”, se podían considerar zonas geopatógenas muy nocivas para la salud.
Paralelamente a estas investigaciones, el ingeniero francés Pierre Cody centraba sus investigaciones en la ionización del aire en la vertical de las venas de agua subterráneas. En el año 1935, este mismo ingeniero indica que el gas radón es el culpable del cáncer de pulmón (algo que corroboraría la ciencia mucho más tarde).
En 1937, el Doctor Peyré, en Francia, constata la existencia de unas radiaciones cosmotelúricas orientadas N-S y E-O, con una separación entre bandas de 7 a 8 m.
Con esta base, el doctor Ernst Hartmann inició en Alemania, a mediados del siglo pasado, una serie de estudios, midiendo la resistencia eléctrica de las personas en distintos lugares. Esto le permitió detectar la existencia de una red o malla geomagnética, compuesta por unas bandas o paredes de energía de unos 21 cm. y con una separación de 2,50 m. en sentido N-S y de 2,00 m. en sentido E-O (cifras que varían según la composición del terreno). Su densidad y nocividad aumentan al coincidir con fallas geológicas y venas de agua subterránea. A esta malla que cubre todo el planeta con excepción de los polos, se la conoce con el nombre de Red Hartmann o Red H en honor a su descubridor.
El doctor Hartmann constató que esa rejilla global constituye un basto conjunto de paredes invisibles, como una red o cuadrícula de dimensiones supuestamente fijas de energía sutil emanando del subsuelo y elevándose verticalmente más de 2000 m. El arquitecto Rémi Alexandre la definió como una cuadrícula de radiaciones o zonas de perturbaciones cosmotelúricas.
Según Palm, un colaborador de Hartmann, la mencionada retícula global de 2 x 2,5 m. corresponde a una línea de semidistancias; la verdadera retícula estaría formada por líneas de 5-6 m. N-S y 4- 5 m. E-O, esta franja sería denominada de Primer Orden. Cada 7 franjas de retícula de primer orden, se encontraría una de Segundo Orden, con una separación de 35 a 42 m. N-S y 28 a 35 m. E-O. Cada 7 franjas de retícula de segundo orden, con separaciones aproximadas de 300 y 250 m. se encontraría una línea de perturbación mayor denominada de Tercer Orden; también aquí, los puntos de intersección o cruces son considerados más graves.
El doctor suizo Manfred Curry, junto con el doctor Witmann, detectó, en el año 1954, una red dispuesta en sentido oblicuo a los puntos cardinales, a esta red diagonal se la conoce como red Curry.
También quedó demostrado que en la vertical de fallas, diaclasas, cuevas y terrenos no homogéneos las radiaciones son nocivas para la salud.
A los lugares donde coinciden un cruce de la red Curry y un cruce de la red Hartmann se les conoce como “Punto Estrella”. Son zonas especialmente geopatógenas, capaces de generar una enfermedad degenerativa en nuestro organismo en unos años, si tenemos la desgracia de que nuestra cama esté situada sobre uno de ellos. Es más nocivo aún si además coincide con alguna otra geopatía.
Los Pozos Guy Tisson y las chimeneas cosmotelúricas, o “salidas de demonios” como eran conocidas por los chinos en la Antigüedad, son como respiraderos de radiación nociva que surgen aleatoriamente del subsuelo; es una de las alteraciones telúricas más peligrosas para nuestra salud.
Las venas subterráneas de agua son una de las geopatías más conocidas. Alteran la energía sutil en su vertical debido a la fricción. Cuanto mayor sea el caudal o la velocidad del mismo, más nocivas serán las radiaciones emitidas. Un cruce de dos o más venas subterráneas (punto rayo) a distinto nivel puede convertirse en una trampa mortal si está situado en la vertical de una cama.
REDES TELÚRICAS
Son las redes o mallas que circundan el planeta y sirven para que este se descargue de parte de la energía que genera en su interior, de la que le llega del cosmos, y de la contaminación electromagnética artificial que acaba penetrando en la tierra. Todas llevan el nombre de su descubridor, y podemos considerar como nocivas sólo las dos más importantes: la red Hartmann y la red Curry.
Red Hartmann
Esta Red Telúrica de radiaciones magnéticas cuyo redescubrimiento, a mediados del siglo pasado, se atribuye al doctor alemán Ernst Hartmann, podría ser considerada la gran desconocida (como el iceberg de las radiaciones telúricas). Hasta el momento sólo tenemos conciencia de la parte “amable” de la misma: una parte importante de las personas con la cualidad de poder detectarlas consideran que las líneas que conforman esta red no son patógenas y que tan solo hay que prestar atención a los cruces.
Ya en el siglo pasado Palm, un ayudante del doctor Hartmann, dejó constancia de que estas líneas eran una semidistancia de otras más peligrosas, a las que denominaron líneas Hartmann (líneas H) de primer orden. Cada 7 cuadrículas de la red Hartmann (red H) de primer orden existe otra más potente a la cual denominaron línea H de segundo orden. Cada siete cuadrículas de la red H de segundo orden existe otra más potente a la cual denominaron línea H de tercer orden.
En la actualidad hay muy poco escrito sobre la existencia de estos rangos en la red H, pero parece ser que a nadie le preocupa esto. No obstante, tenemos una herramienta muy útil, el Biómetro Bovis, una escala que nos desvelaría el misterio con un poco de esfuerzo y dedicación.
No suelo descartar nada y compruebo personalmente toda la información que recibo, por lo que he podido corroborar que estas afirmaciones eran veraces.
Además he descubierto que existe también una línea Hartmann de cuarto orden, más peligrosa que el resto y que el equipo del doctor Hartmann pasó por alto. Esta línea es realmente peligrosa; en su vertical se registran 3500 UB (sería una geopatía similar al brazo de una chimenea cosmotelúricas).
Debo añadir a todo esto, que la masiva contaminación electromagnética artificial de nuestros días es recogida en el subsuelo principalmente por las líneas que forman esta red que surca el planeta de forma ortogonal. Es por eso que cada vez son más peligrosas. Es posible que antes del descubrimiento de la electricidad esta red no fuese la causa de una gran parte de las enfermedades que hoy padecemos. De hecho, estoy convencido de que si nos alejásemos al menos 500 Km. de la civilización, la medición de estas líneas nos daría unos índices de radiación mucho menos nocivos para la salud.
Dicho todo esto, paso a describir desde mi punto de vista, la Red Hartmann.
Es una red telúrica magnética, cuyas líneas (en realidad, deberían ser considerados muros o paredes invisibles de energía) emergen del subsuelo y se elevan a varios kilómetros de la superficie; mi opinión es que su efecto nocivo llega hasta más o menos los 2000 m., y aunque su intensidad decrece, su alcance se aproxima a los 9000 m.
Estas líneas tienen un grosor aproximado de 21 cm. en condiciones normales (cualquiera que sea su orden), y recorren todo el planeta de forma ortogonal en dirección Norte-Sur y Este–Oeste (con excepción de los polos, según afirman algunas fuentes) formando una red de cuadrículas con unas distancias y unas emisiones de radiación aproximadas de:
N-S E-O UNIDADES BOVIS
Línea Hartmann 2,45 m.———– 2,00 m.——— 6300 UB
Cruce Hartmann ——— 5800 UB
L H de 1er orden 5,10 m.———– 4,20 m.——— 5600 UB
C H de 1er orden ——— 5000 UB
L H de 2º orden 37,00 m.——– 29,50 m.——— 5200 UB
C H de 2º orden ——— 4500 UB
L H de 3er orden 260,00 m.—– 208,00 m.——— 5000 UB
C H de 3er orden ——— 4000 UB
L H de 4º orden 1820,00 m.- 1457,00 m.——— 3500 UB
C H de 4º orden ——— 3000 UB
En la Red Hartmann, además de las líneas descritas, se detectan otras de menor intensidad: los Armónicos de las líneas Hartmann, que se sitúan centrados entre dos líneas. Tienen un grosor de 19 cm., la separación aproximada entre dos Armónicos es de 2,47 m. en la dirección N-S y 2,02 m. en la dirección E-O. En su vertical se registran unas medidas de 6500 UB en las líneas y 6300 UB en los cruces.
Todas estas mediciones están realizadas sobre terreno con una calidad biótica de 7600 UB (la calidad biótica del terreno es la medición efectuada en las zonas neutras, libres de alteraciones telúricas). Por lo tanto, hay que tener en cuenta que si prospectamos la red en un terreno de mayor calidad biótica, la medición nos resultará algo más elevada. También es importante saber que las líneas no son siempre rectas, motivo por el cual las distancias pueden variar.
Las líneas de esta red ensanchan por la noche, pero no todas las noches, concretamente los días que hay cambio de fase lunar y también el anterior. Lo cierto es que estos días aproximadamente de las 21:30 a las 4:30 horas en verano y de las 20:30 a las 3:30 horas en invierno, refiriéndome a la hora oficial en la España peninsular y no a la solar, las líneas cambian su ancho pasando de 21 cm. a 33 cm. las líneas normales de la Red y de 21 cm. a 40 aproximadamente las líneas de primer orden (cambia el grosor pero no la intensidad, que sigue siendo la misma) he de apuntar que en la fase de Luna Llena, esta alteración de la Red Hartmann se hace mucho más evidente ya que el proceso se prolonga durante 4 o 5 días y es alcanza un grosor de línea de hasta 60 cm. en líneas de segundo orden, 70 cm. en líneas de tercer orden y hasta 78 cm. he llegado a registrar en una línea de cuarto orden.
También se ven alteradas en la vertical de un elemento ferromagnético importante, como puede ser el motor de un coche, ensanchando unos 8 cm.
Las he prospectado en la planta 24 de un edificio. Hay quien afirma que la estructura metálica de las vigas actúa como una jaula de Faraday. Lo cierto es que las líneas Hartmann tienen una anchura de 33 cm. en esta planta, la medición en UB es la misma.
Algunas fuentes afirman que ensanchan considerablemente durante un eclipse solar o un movimiento sísmico, aún no he podido confirmar este último punto, pero ante un eclipse he podido comprobar que su intensidad y medidas no varían.
CONCLUSIÓN
El cuerpo humano en un estado de salud óptimo vibra entre 7000 y 8500 UB. Alfred Bovis, el creador del primer Biómetro, determina que el cuerpo se encuentra saludable a partir de 6500 UB. Particularmente pienso que de 6000 a 7000 UB el cuerpo no está enfermo, pero sí en un estado de debilidad, y que toda alteración telúrica con índices inferiores a 6000 UB debe ser considerada una geopatía capaz de alterar nuestra salud.
La red Hartmann está formada por franjas en las cuales se registran al menos 6 niveles de radiación distintos (sin tener en cuenta las intersecciones o cruces) distribuidos homogéneamente por todo el planeta. Entiendo que debemos olvidarnos de los armónicos y sus cruces y también de las líneas Hartmann simples, pero el resto de líneas que conforman la red, en algunos casos son realmente peligrosas y sus nudos, cruces o intersecciones, lo son mucho más.
Red Curry
La que podríamos denominar enigmática red magnética es desdeñada por muchos profesionales, porque resulta muy difícil de localizar. Hay que tener una sensibilidad especial y mucha práctica para poder marcar su situación.
Ataca principalmente a las neuronas, y yo pienso que actúa negativamente en el desarrollo de muchas enfermedades mentales como la depresión, la demencia senil y el alzhéimer. Combinada con una vena de agua subterránea, podría inducir al suicidio a una persona depresiva. Y aunque muchos se empeñen en decir que las líneas no son nocivas, yo afirmo que lo son. Dormir sobre una línea o un cruce Curry que pase por la cabeza puede ayudar a contraer una depresión en un corto periodo de tiempo si somos personas aprensivas o con un sistema nervioso débil.
La red Curry, llamada así en honor a su descubridor el doctor Manfred Curry en el siglo pasado, se proyecta en sentido oblicuo a los puntos cardinales y es también conocida como red diagonal.
La medición de sus emisiones son las que describo a continuación:
Líneas—— 5800 UB
Cruces—— 5300 UB
Estas mediciones están realizadas en un terreno con una calidad biótica de 7600 UB. Si el terreno fuese de 8500 UB (el ideal desde mi punto de vista), la medición mejoraría algo, unas 100 UB más en cada caso.
Además de lo explicado, cabe apuntar que, curiosamente, los vórtices y Puntos de Meditación (es decir, puntos con una emisión energética positiva, por encima de 9500 UB) se encuentran todos dentro de una línea Curry o en uno de sus cruces. El porqué un punto con una elevada densidad energética se da esporádicamente en el lugar que sería una geopatía es algo que de momento escapa a mi conocimiento.
http://www.radiestesiaysalud.com/red_curry.htm
Otras redes
Además de las dos redes telúricas más conocidas, existen otras redes de origen magnético, que citaré porque, aunque no deben considerarse patógenas (ya que emiten una menor radiación), existe con ellas una gran confusión. Hay quien afirma que todas pertenecen a una misma red global, pero no estoy de acuerdo. He dedicado mucho tiempo a localizarlas y estudiarlas, y no pueden pertenecer a una misma red porque no coinciden el ancho de bandas, la separación, o la intensidad de las mismas.
MALLA PEYRÉ
Es una malla magnética, con líneas de 26 cm. de ancho y una separación entre ellas de 5,80 m. aprox. en la orientación Norte-Sur y de 7 m. aprox. en la orientación Este-Oeste. Su intensidad en unidades Bovis es la siguiente:
Líneas——- 6300 UB
Cruces—— 6000 UB
MALLA KÜNNE
Es una malla magnética, con líneas de 6 cm. de ancho y una separación entre ellas de 45m. aprox. en la orientación Norte-Sur y de 38 m. aprox. en la orientación Este-Oeste. Su intensidad en unidades Bovis es la siguiente:
Líneas——– 6300 UB
Cruces——- 6000 UB
RED DE WITMANN
Es una malla magnética, con líneas de 6 cm. de ancho y una separación entre ellas de 1,48m. aprox. en la orientación Norte-Sur y de 1,18m. aprox. en la orientación Este-Oeste. Su intensidad en unidades Bovis es la siguiente:
Líneas——– 6400 UB
Cruces——- 6200 UB
Líneas Ley
Desde que en 1922 Alfred Watkins, anticuario, fotógrafo y arqueólogo aficionado, publicó un libro con la teoría de que los Lugares de Poder están unidos por unas líneas rectas que el mismo bautizó como Líneas Ley o Líneas de Poder. Desde entonces se crearon dos bandos que aún discuten dicha teoría.
Realmente las Líneas Ley sólo son trazos sobre un mapa. Watkins observó que situando puntos sobre un plano, en ocasiones resultaba fácil unirlos con un trazo recto, y en esto se apoya su teoría.
Nunca detectó sobre el terreno estas líneas. Yo he prospectado muchos Lugares de Poder y puedo decir que no he encontrado indicios de que exista una línea energética o emisora de radiación que una dichos lugares.
Sí es cierto que los Vórtices Energéticos emergen de una Línea Curry, y esta recorrería el planeta en dirección NE – SO o NO – SE. También se da el caso de que una misma línea puede contener varios vórtices. Pero no debemos olvidar que la Red Curry no es ninguna Línea de fuerza.
Un ejemplo, en el mapa de España situemos sólo las ciudades más importantes y tracemos líneas rectas. Veremos lo sencillo que resulta unir ciudades. Así pues conseguiríamos líneas entre Madrid, Toledo y Cádiz, o entre Zaragoza Madrid, Lisboa, o entre Murcia, Toledo y Salamanca, o entre Alicante, Albacete y Santiago, o Barcelona, Zaragoza y Orense; las combinaciones son múltiples en todas estas ciudades hay Lugares de Poder. ¿Significa esto que hay unas líneas de fuerza que las une? No, sencillamente no. Y eso contando sólo con los vórtices que cuentan con edificaciones sobre ellos. Considero que estos representan sólo sobre un 25% del total. Y yo nunca hablo por lo que leo sino por lo que percibo.
Por otro lado no existe ninguna medida, dirección, anchura, etc., ningún aporte que indique que alguno de los que las marcan alegremente, realmente las detecte, yo no lo hago, pero esto no indica que otros no puedan hacerlo, simplemente digo que me gustaría conocer al que lo haga, si es que existe.
Epifanio Alcañiz
Investigador de las energías telúricas
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